¿Beneficios
privados o vacuna pública?
En esta pandemia la industria
farmacéutica está siendo aclamada como la salvadora. Los desesperados políticos
occidentales han puesto todas sus esperanzas en la búsqueda del “Santo Grial”
que representa la vacuna. Occidente es incapaz de arbitrar medidas realmente
efectivas. Se prioriza el beneficio económico y el cortoplacismo antes que la
salud: paradójicamente la mejora de las cifras macroeconómicas no se producirá
sino disminuyen los índices de contagio de forma significativa..
El negocio entorno a las vacunas
genera un enorme beneficio (para unos pocos) y grandes paradojas: las
inversiones públicas en I+D para combatir la epidemia se han traducido en una
privatización de las patentes, el mercadeo al mejor postor de las vacunas, el
acaparamiento y la utilización de los viales como una forma más de control
político.
Las empresas farmacéuticas han conseguido que
EEUU y la UE impidan, como exigían la propia OMS y la ONU, la liberalización de
las patentes a pesar de haber sido pagadas con fondos públicos. Las empresas
farmacéuticas controlan la cantidad y el precio de venta de las vacunas. La
propia Comisión Europea ha decidido prolongar la exposición de sus ciudadanos a
la pandemia puesto que si la patente fuera libre muchas más empresas podrían
producir las dosis. Como señala el Secretario General de la ONU: "Ningún país es seguro y saludable hasta que todos
los países son seguros y saludables". La UE ha mostrado nuevamente no sólo
su incapacidad para proteger a sus ciudadanos sino su implicación directa en
este proceso acelerado de privatización y corrupción sanitaria.
En mayo del 2020 los ejecutivos de la
farmacéutica francesa Sanofi ya anunciaron que primero se serviría el producto
a EEUU. Con esa premisa, la idea de negociar los 27 para obtener mejores
precios, aunque adecuada, se transformaba en irreal; la carrera por las vacunas
había hecho añicos esa supuesta unidad. Reino Unido y EEUU habían acaparado la
producción, incluso la contratada y pagada por la UE. Las empresas
BioNTech-Pfizer, Moderna y AstraZeneca
querían el monopolio aunque no cumplieran las condiciones de producción. AstraZeneca
argumentó para incumplir los contratos que lo firmado con Bruselas sólo eran
objetivos de producción, no compromisos reales. Esos objetivos de producción
provocaron que Bulgaria, que había apostado por la vacuna rusa, fuera
sancionada por EEUU y la UE. Nuevamente
la desunida Europa mostraba sus limitaciones.
Los Planes de vacunación han
fracasado. Las empresas han incumplido sus compromisos primando los mercados
donde podrían obtener mayores dividendos. Pfizer es una de las grandes
responsables. Su vacuna, si es que se demuestra eficaz, tiene un enorme
problema: su compleja logística ( su conservación a menos 70º ) condiciona su
expansión. De aquí a dos o tres meses, especialmente cuando lleguen la rusa
Sputnik o la china Sinopharn que no
precisan de tales condiciones, Pfizer perderá mercado; es por ello que la empresa maximiza sus
beneficios ahora, recortando su producción y dirigiéndola hacia los que pueden
pagar más ( Israel, EEUU e incluso el mercado negro). Presiona y vende.
Todo ésto ha provocado una nueva
crisis y un duro enfrentamiento entre
las dos mujeres más poderosas de la UE (las dos alemanas por otra parte); la
señora Merkel (que ha tenido que tragarse su orgullo y ha pedido ayuda a Putin) y la presidenta de la Comisión
Europa Ursula Von del Leyen (que se negaba, por el desgaste político que
sufriría su imagen). Una vez que Alemania, para salvar sus niveles de
vacunación, haya recurrido a la Sputnik, otros dignatarios europeos seguirán
los pasos de la canciller. Alemania se
asegura un buen negocio puesto que la vacuna se fabricará en ese país
bajo patente rusa. De todas formas el gran vencedor es Vladimir Putin, que
podrá presentarse casi como el salvador de Europa. Curiosamente esta vacuna que
era carne de memes en las RRSS ahora se
presenta como la nueva esperanza. Los tertulianos y periodistas a sueldo
callarán durante unos días hasta que sus dueños les indiquen los nuevos
objetivos. La Sputnik abre camino a otras vacunas como la china Sinopharn que
ha entrado en territorio europeo de la mano de Serbia con muy buenos resultados
y de lo que no se habla. China ha apostado por su zona de influencia más
directa que es Asia y ayudará en África (cuatro países inocularan vacunas
chinas a costes bajísimos tal y como se prometió) un continente que había sido
completamente ignorado por las empresas occidentales. Es otra de las consecuencias colaterales de
la lucha por el control de las vacunas; el control geopolítico y el uso de la
enfermedad como medio de presión. Si como sabemos la pandemia afecta con mayor
intensidad y gravedad a las clases más desfavorecidas, igualmente afectará más
a los países periféricos. Es por esa razón que los países ricos en su conjunto
intentan acaparar el máximo posible de vacunas (más 10000 millones de dosis han
apalabrado cuando la población mundial es de unos 7000 millones). El objetivo
es establecer un nuevo colonialismo sobre los países más pobres, que serán los
que no pueden pagar las vacunas. La política rusa y especialmente la china va
camino de romper ese esquema colonial.
Para
las multinacionales farmacéuticas occidentales está siendo el sueño dorado. Es un negocio absolutamente redondo, dinero público para
investigar ( a fondo perdido), patentes que se privatizan, precios al alza en
función de la fuerte demanda…. Todo eso lo estamos viendo a nuestro alrededor,
mientras la UE calla. Si
en Bruselas hubiera algo de dignidad ya se habría producido un rosario de
dimisiones. Frente al envite de las farmacéuticas, Bruselas ha admitido una
reducción de los viales del 50% por parte de AstraZeneca (la gran esperanza
blanca) para el primer trimestre del año, acabando así una guerra que jamás ha
existido más que en los titulares de los diarios. Finalmente la cifra inicial
de vacunas para el primer trimestre que era de 80 millones ha pasado a 42,
invalidando los planes de vacunación de toda la UE. El ejecutivo europeo ha
querido pasar página rápidamente, que no se hablara del tema, sin embargo, la
oposición en el Parlamento Europeo, ha exigido algo de claridad provocando el
enésimo enfrentamiento interno. Las declaraciones de la presidenta de los
socialistas europeos, los liberales y de
la izquierda exigen más claridad y transparencia en los contratos. El
Parlamento europeo espera que la presidenta de la Comisión de explicaciones.
La Comisión europea calló frente a la
cuestión de las patentes en la esperanza de que se cumplirían los compromisos.
Todo se descubre cuando las compañías decidieron hacer caja rápidamente
restringiendo la oferta. Las farmacéuticas decidieron negociar al alza sus
contratos desde una posición de fuerza. Los políticos europeos estaban
atrapados, se habían encomendado a esas empresas, porque no saben que hacer, y
las farmacéuticas aprovechan para cambiar y reinterpretar los contratos en su
favor. Las grandes empresas bien posicionadas en las altas instancias de
gobierno de la UE han usado ampliamente sus capacidades y Thinks Thanks
farmacéuticos. Han conseguido que los contratos puedan incumplirse y que los
países europeos se resignen; ¡¡lo nunca visto.!! La pandemia es el paraíso del
especulador. Todo tiene explicación. La
industria farmacéutica gasta grandes cantidades en reforzar su influencia
política: las 10 compañías más importantes gastan de 14,75 a 16,5 millones al
año en cabildeo en Bruselas según el
registro de transparencia de la UE, Este mismo registro nos informa que la gran
industria emplea 175 cabilderos cuyo trabajo es influir en la toma de
decisiones de la UE, hay unos 60
dedicados a la cuestión sanitaria. Des el inicio de la Pandemia estos
grupos se han reunido unas 85 veces con la cúpula de la Comisión Europea..
La reacción social muy sensibilizada
ha provocado que el debate sobre los contratos se abra. Ya en 2019 la Corporate
Europe Observatory (una institución que denuncia las relaciones en la UE
con los grandes grupos de presión empresarial) revelaba como la industria busca
y consigue contratos que privatizaban y protegen la Propiedad Intelectual. La
consecuencia es el alza en los precios de los medicamentos dejando fuera las
economías más débiles. Los documentos que hacía público este observatorio
demostraban como la investigación de I+D, incluso la que procedía de fondos
públicos, se orientaba a lo rentable en el corto plazo. Se descuidaban intencionadamente
otros campos menos interesantes desde el punto de vista económico y que están
relacionados con la pobreza y especialmente a la protección de futuras
pandemias. En agosto del 2020 un periódico belga revelaba que Richard Bergström
uno de los 7 negociadores de la UE cobraba a su vez de dos empresas
farmacéuticas (Hölzle Buri & Partner Consulting y PharmaCCX), los otros 6
nombres son un secreto. Pero no sólo altos funcionarios de la UE sino
embajadores acreditados en Bruselas han sido debidamente “recompensados”.
La polvareda levantada por el tema de
los contratos con las farmacéuticas ha obligado a la Comisión europea a mover
ficha. Se arbitró un método para que los europarlamentarios tuvieran acceso a
la documentación. Las condiciones impuestas para la consulta de esos documentos
muestran el miedo a la transparencia. Tienen miedo a que sepamos, entre otros
cosas, que los acuerdos incluyen una serie de cláusulas que eliminan la
responsabilidad de las farmacéuticas sobre los efectos secundarios de la
medicación así como de la eficacia de los tratamientos.
La ocultación de estos contratos
leoninos es ahora el objetivo de la Comisión. El acceso a la información está
terriblemente restringida, los parlamentarios europeos tendrán habilitada una
sala especial donde se expondrá el contrato que se demande. En el caso concreto
de Pfizer el parlamentario tiene prohibido entrar con móvil, papel ni lápiz, no
podrá tomar notas de ninguna forma en un documento que aparece previamente
lleno de tachones precisamente en las zonas más sensibles.[1] El parlamentario tiene acceso controlado a una de tres franjas
horarias a escoger y tendría un tiemplo limitado de unos 50 minutos para analizar
un documento de 65 páginas que es especialmente denso; previamente está
obligado a firmar un contrato de confidencialidad conforme que no podrá hacer
público lo que ha leído.
Occidente se enfrenta a un enorme dilema: al
permitir comportamientos fuera de toda ética por parte de la industria
farmacéutica se está prolongando la pandemia y la muerte de decenas de miles de
personas en nombre del beneficio. De nuevo la pandemia pone de manifiesto una
cosa mil veces denunciada que son los efectos de las políticas de austeridad
sobre el sector público sanitario. En realidad la pandemia es un regalo del
cielo para impulsar los planes de recorte y privatización en sanidad,
enseñanza, pensiones.…
Los fondos europeos de Reconstrucción tal y
como dejábamos escrito en otras ocasiones[2] no serán gratuitos; están condicionados. La Comisión europea
propone incluir determinados recortes sanitarios a cambio de recibir los Fondos
de Próxima Generación. Los planes de rescate y las recomendaciones del
semestre europeo recién estrenado son un buen ejemplo. Esos recortes tienen
como objetivo el cada vez más escuálido Estado de Bienestar. La propuesta
enviada por la ministro Calviño a la UE incluye por ejemplo, las pensiones
públicas españolas como garantía de devolución de las mencionadas ayudas
europeas, mientras ya se plantea en el nuevo semestre europeo la reducción en
los tratamientos hospitalarios, la
disminución de la estancia en los centros médicos [3] y la introducción de fórmulas de financiación que sancionen a los
“pacientes reincidentes” (pacientes crónicos). Todo esto tiene una base muy
sólida no son especulaciones ni Face News. Los informes de Corporate Europe Observatory ponen
de manifiesto que el desmantelamiento de los sistema de salud pública son
responsabilidad de la Unión Europea, el documento dice textualmente: «la
presión de la UE para recortar el gasto público, incluso a lo largo del
Semestre Europeo, ha contribuido a la mercantilización de los sectores de la
salud y el cuidado de las personas mayores, con efectos catastróficos durante
el Covid-19». En los últimos años en no
menos de 63 ocasiones la Comisión europea ha recomendado a los países la
reducción de los presupuestos de sanidad. Las privatizaciones y recortes a los que han sido sometidos los
países especialmente del Sur forman parte de un proyecto impulsado por la
Comisión Europea al que tienen acceso franco los lobbys médicos como la UEHP
(Unión Europea de Hospitales Privados).
La Comisión Europea ya ha constatado que la mitad de los fondos
sanitarios del fondo Next Generation van a ir al complejo privado, aunque será
pagado con el esfuerzo de todos.
El
nuevo colonialismo.
El mundo puede
necesitar algo más de 10 mil millones de dosis de vacunas COVID-19. La
desigualdad distribución de las mismas revela nuevamente la existencia de una auténtica lucha por su control. No se entiende de otra
forma el acaparamiento de todas las dosis posibles: EEUU tiene encargadas 2600
millones de dosis, el 393% más de lo necesario. Canadá puede proporcionar cinco
vacunas de dos dosis a toda su población.
La Comisión Europea no va a la zaga dice que controla 2300 millones
potenciales de dosis (para una población de 447 millones) tras sellar acuerdos
con seis empresas diferentes: BioNTech-Pfizer (hasta
600 millones de dosis); AstraZeneca (hasta
400 millones de dosis); Sanofi-GSK(hasta
300 millones de dosis); Johnson and Johnson (hasta
400 millones de dosis); CureVac(hasta
405 millones de dosis); Moderna (hasta 160 millones de dosis). Falta por
incluir los viales que se quieren comprar a Sputnik. Por si no fuera suficiente
se mantienen conversaciones con Novavax (200 millones) y Valneva (60 millones) Tres empresas están
comercializando su productos en este momento: BioNTech-Pfizer ( autorizada el
21 de diciembre de 2020), Moderna (6 de enero de 2021) y AstraZeneca (29 de
enero). Es evidente que los países ricos han hecho causa común con las
compañías farmacéuticas. Según indicó el director ejecutivo de la
estadounidense Pfizer, Albert Bourla, "los inversores dan dinero para que
podamos desarrollar soluciones" , se olvidó mencionar las enormes
inversiones públicas realizadas en favor de estas empresas en infraestructuras
y preparación de científicos a cambio de nada. Este acaparamiento no tiene
sentido ni desde la perspectiva ética ni lógica puesto que mientras existan
países que no puedan vacunarse el riesgo sigue siendo global. El Director General de la OMS, Tedros
Adhanom Ghebreyesus, denunciaba que mientras los 49 Estados más ricos habían
administrado 39 millones de dosis en África un país sólo había obtenido 25, ni
25000, ni 250000 sino únicamente 25. Por otra parte el acaparamiento trae
consigo un alza artificial de los precios que deja, aún más, a los países
pobres completamente desprotegidos. Más de 79 países en el mundo no tendrán
ningún tipo de vacuna durante el 2021, la OMS especula que otros muchos deberán
esperar hasta el 2024. Lo señalábamos en anteriores análisis. El acceso a las
vacunas abre aún mas la brecha social entre personas y países. Estamos viendo
como los poderosos se saltan los protocolos
médicos en la misma medida que aparece el mercado negro, por ejemplo la
Pfizer y Moderna se venden a precios asombrosos en la red oscura. Los medios de
comunicación japoneses también revelaron como vacunas chinas fueran robadas
desde su lugar de destino e introducidas en el mercado negro japonés. Igual ha
ocurrido en Medio Oriente.
El Plan COVAX
La OMS Y LA ONU han diseñado un mecanismo internacional de intercambio de
vacunas denominado COVAX que comenzará a operar aunque a pequeña escala en
febrero o marzo. El director general de la OMS y el coordinador del proyecto
afirmaron que habían podido recaudar 6000 de los 7000 millones necesarios para
promover la entrega de vacunas a 92 países de ingresos bajos. Tres grandes
fabricante chinos Sinovac, Sinopharm y CanSinoBio han presentado solicitudes
para unirse al plan. Es un proceso lento y laborioso puesto que la OMS exige
los mismo estándares de calidad que para las vacunas en países occidentales.
Hasta ahora las compras confirmadas cubren 7.200 millones de dosis, con otros
5.200 millones de dosis actualmente en negociación o reserva según datos de la Universidad
de Duke. El gran problema de la OMS es que es un organismo que proporciona
asesoramiento unicamente y no supervisión obligatoria.
Los países ricos juegan para sus nacionales con un
argumento excluyente. Europa lo transcribe como si se tratara de: “ nosotros o
el resto del mundo”, cuando el planteamiento debería ser; ¿Que queremos,
beneficios privados a través de las patentes o una vacuna pública y común?. En
realidad esa es la elección. Una pregunta a la que el Capitalismo Neoliberal
responde con mas muertes y más sufrimiento.
Eduardo Luque.
[1]Es interesnate
a este respecto consultar la entrevista a Marc Botenga un Eurodiputado del
Parti du Travail belga en : “Hemos pagado
cuatro veces el valor de la vacuna. Las patentes deben retirarse, es una
pandemia” | ctxt.es
[2]Ver
artículo
https://www.elviejotopo.com/topoexpress/europa-muchas-sombras-y-poca-luz/
[3]https://corporateeurope.org/en/2021/01/when-market-becomes-deadly
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