domingo, 11 de abril de 2021

boletin mpd numero 57


 

Covid-19: el fracaso del mercado.

La salud es un Derecho humano fundamental y como tal debería ser preservado a toda costa. Esta Pandemia esta mostrando que no tiene esa consideración ni en las instituciones europeas ni para algunas compañías farmacéuticas. Mientras la mortandad aumenta, los servicios médicos en los países occidentales están al borde del colapso y la economía (que querían preservar a toda costa) se hunde.

La negociación con las farmacéuticas llevada a cabo por la Comisión Europea es un fiasco de dimensiones colosales. Los contratos son secretos y se dificulta su acceso incluso a los europarlamentarios. Las farmacéuticas, a pesar de que la investigación ha sido financiada por la UE con 2.700 millones de euros de dinero público, han privatizado la patente; estas mismas compañías han decidido los precios, el volumen de producción e incluso el ritmo de entregas. También han decidido revender las dosis a terceros países para conseguir beneficios extras. Mientras, la Comisión Europea con su presidenta a la cabeza, Ursula von der Layen, ha callado. Un enorme tufo a corrupción se eleva desde Bruselas.

En paralelo las tantas veces pregonadas ayudas europeas por la COVID-19 se desvanecen en el limbo (los famosos 140.000 millones). Difícilmente se concretarán y si lo hacen vendrán cuando no se necesiten. La UE es un cascarón vacío lleno de arrogancia y corrupción.

El modelo Neoliberal que abandera la UE aborda el problema de la pandemia desde la óptica mercantil. Es un negocio más con el que lucrarse. Las vacunas están en el centro de un mercadeo de 100.000 millones de dólares anuales pero son la tabla de salvación a la que se aferran buena parte de la clase política: muchos de los dirigentes occidentales están demostrando una enorme incapacidad e incompetencia.

En medio de esta lucha por conseguir más contratos, la UE está retardando artificialmente que otras vacunas ya contrastadas científicamente entren en el territorio de la Unión, se trata de mantener el monopolio para unas cuantas compañías a costa, si es necesario, de la salud pública. La UE tiene por Dios al mercado.

Mientras otros gobiernos , hartos de esperar, rompen el dogal de la UE y buscan otras soluciones ( países como Austria, Dinamarca, Hungría, Bulgaría…..están vacunado con la rusa Sputnik V y las vacunas Chinas). El ejecutivo español y la oposición de derechas calla dócilmente esperando las órdenes de Bruselas. España, más papistas que el papa, ha programado la compra de 136 millones de dosis de la vacuna contra la Covid-19 procedentes de cinco farmacéuticas (Pfizer, AstraZeneca, Moderna, Janssen y Curevac).

Pero no hay un compromiso de entrega creíble porque nuestro gobierno también es rehén de las grandes farmacéuticas y sus intereses. Mientras de forma incomprensible ,el presidente del Gobierno Pedro Sánchez sigue apostando por la privatización de las patentes como ha dejado claro la ministra de Sanidad, Carolina Darias en una comparecencia ante los medios1.. Mientras Macron, Merkel o Dragui se mueven para obtener rápido la vacuna rusa, nuestro presidente parece que duerme el sueño de los justos.

En paralelo la vacuna española del CSIC, que se desarrollaba con resultados prometedores,2 puede desvanecerse si no lo ha hecho ya. Sabemos que no habrá más financiación que la conseguida hasta el momento, unos 700.000 euros, y que el proyecto está a punto de ser abandonado. Su investigador principal trabaja Ad Honorem (sin cobrar). Se incorporó al trabajo desde su sillón de jubilado. No hay dinero para los contratos, no hay dinero para animales de laboratorio , algunos investigadores son meros becarios,.... El proyecto español como ocurrió como el dedicado a investigar sobre el virus de la gripe de Juan Ortín y Amelia Nieto y que también era muy prometedor, corre un riesgo inminente. El ministerio de nuestro flamante astronauta, responsable de la financiación , tiene otros intereses seguramente más elevados.

No hay dinero para la investigación en horas tan críticas, pero si lo hay para armar nuestro primer y flamante submarino de ataque: el S-81 que será botado y estará operativo este mismo año. Su costo, que ha doblado al presupuesto inicial, se acerca a los 900 millones de euros. Esta nave de guerra así como las otras cuatro similares que se construyen, son sin duda imprescindibles para combatir la Pandemia ¡¡¡a misilazos!!!


GOBIERNE QUIEN GOBIERNE,

 LAS PENSIONES SE DEFIENDEN



PENSIONISTES 57 castellà by JordiTrujillo on Scribd

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