jueves, 1 de octubre de 2020

1 de octubre dia internacional de las personas mayores


La Asamblea General de la ONU designó el 1 de octubre como el
 Día Internacional de las Personas Mayores. Con ello se pretende que los Gobiernos y los Estados se conciencien y se sensibilicen sobre su situación, para que actúen y tomen medidas encaminadas a mejorar su vida.

La gran mayoría de pensionistas lo somos por razón de jubilación al cumplir la edad establecida, generalmente alrededor de los 65 años. Por eso la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones, lanza este comunicado que es reflexión y es reivindicación.La escala de valores que el sistema económico del desarrollismo y máximo beneficio económico del dinero ha impuesto a nuestra sociedad, ha llevado al apartheid de las personas mayores. Hemos causado un “gran problema” al conglomerado financiero internacional. Para algunas personas, insignes dirigentes, “vivimos demasiado y deberíamos retirarnos de la circulación”. Sin embargo, somos quienes hemos trabajado durante decenas de años y nos hemos sacrificado para tener ahora una sociedad más justa, más próspera y con más derechos sociales para toda la ciudadanía. Se nos debe respeto y gratitud.

Vemos con preocupación, que existe una escalada internacional, propiciada por las teorías económicas del neoliberalismo, en que los Estados tienden a reducir las cuantías de las pensiones, a dejar desprotegidas a las personas que más necesitan de la protección de la sociedad y, en general, a disminuir la calidad de vida de las personas mayores, desoyendo directrices y acuerdos internacionales como la Carta Social Europea, o la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Reivindicamos la dignidad y los principios que se derivan de ella: respeto, libertad, autonomía, no ser objeto de manipulación y el derecho a la autoestima. Hay tantas realidades como personas mayores hay. Cada cual es diferente, con unas necesidades distintas.

Denunciamos el abuso y el maltrato que, una de cada 6 personas mayores recibe, tanto en el ámbito familiar como en el institucional, según la Organización Mundial de la Salud.

Nuestra autonomía y libertad están en relación con la cuantía de las pensiones. Denunciamos que casi la mitad de ellas están por debajo del umbral de la pobreza y con mayor porcentaje entre las mujeres. La Carta Social Europea indica que la pensión mínima ha de ser de 1.084 € al mes y 14 pagas al año. La pobreza mata.

Queremos seguir siendo útiles a la sociedad de forma voluntaria y con generosidad. Se han de habilitar cauces y mecanismos para que toda la sociedad se beneficie de la experiencia y saberes que tenemos. Sin embargo, denunciamos la obligación cada vez más extensa, de la transferencia generacional de los cuidados, de la utilización abusiva de abuelos y abuelas, por culpa de la precariedad laboral y pobreza en la que están nuestras hijas, nuestros hijos.

No queremos vivir en ghetos. Queremos vivir inmersos en nuestra sociedad, en nuestra casa, en nuestros barrios y pueblos, con nuestras personas amigas y nuestras familias. Y si necesitamos ayuda para realizar las actividades básicas de la vida diaria, la Ley de la Dependencia en vigor serviría, siempre que el Estado la dote de financiación suficiente.

Con la edad somos más proclives a las enfermedades. Reivindicamos la sanidad pública, universal y de calidad. No al medicamentazo ni al copago farmacéutico, no a las listas de espera, no a la privatización de la sanidad.

Y cuando llegue el día del último viaje, queremos estar con las personas que queremos y tener una muerte digna, sin sufrimientos evitables.

En resumen, reivindicamos, ante todos los Estados y Naciones, nuestra dignidad, nuestra libertad y autonomía, disfrutar de la vida en lo que buenamente podamos, sin imposiciones, sin vejaciones ni malos tratos.

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