EUROPEA Y DEL BANCO CENTRAL EUROPEO
La epidemia de la COVID junto con su terrible coste humano, tiene un impacto a nivel social y económico indudable. Sin embargo, observamos con temor como la Comisión Europea de la mano del Banco Central Europeo, pretende utilizar esta desgracia para radicalizar la privatización de los servicios públicos en Europa y favorecer los intereses de las grandes empresas y el capital financiero. La crisis ya existía antes de la pandemia y los poderes intentan aprovechar la situación para que la paguen la juventud, los pensionistas y la clase trabajadora.
Para ello están planteando un Plan de Recuperación Europeo de 750.000 millones de euros. No es un plan para mejorar los servicios públicos sanitarios y todos los que preservan y sostienen a la población, sino de modernización y financiación de las grandes empresas privadas; pretenden que lo pague la clase trabajadora y la ciudadanía en general durante veinte años. El dinero acabará en manos de empresas como Volkswagen, para fabricar coches eléctricos o de Telefónica, para que instale el 5G.
Las empresas que casi no pagan impuestos, gracias a la evasión fiscal y otros mecanismos que lo facilitan, son las que más se beneficiarán. No se crearán puestos de trabajo, el aumento de la productividad acelerará el desempleo, sobre todo en sectores industriales en los que ya había planes de reducción de plantillas (aeronáutica, automóvil ...)
Con la excusa del dolor y muerte infligidos por la epidemia nos pretenden colar otro rescate para los ricos. No es dinero gratis, la Comisión exige que sean los Estados los que garanticen el retorno de esos préstamos. Como los Estados están gravemente endeudados, antes de entregar el dinero se exige que pongan como garantía su patrimonio público.
Por esto, el Gobierno de España, por medio de Nadia Calviño, ministra de Economía, ha ido al Eurogrupo a ofrecer el sistema de pensiones como garantía del préstamo. Para ello necesita privatizarlo, y a esto contribuye el ministro Escrivá, que apoyándose en el Pacto de Toledo pretende desviar parte de las cotizaciones de la Seguridad Social a la banca privada. Ambos ministros se han convertido en los “hombres de negro” de la Comisión Europea en el Gobierno de España. A diferencia de los “hombres de negro” que saquearon al martirizado pueblo griego después de sucumbir bajo la deuda, en España ya revolotean sobre las palancas del poder antes de que nos empecemos a endeudar. Escrivá y Calviño son los portavoces directos de la Comisión en el Gobierno español cuando intentan aumentar de 25 a 35 años el periodo de cómputo para calcular la pensión, medida que bajará la pensión futura un 5,5%, lo que afectará a actuales trabajadores y a la juventud. Ese fondo europeo son unos 140.000 millones de Euros. La mitad son “ayuda directa”, la otra mitad son créditos a devolver. Pero todo eso es condicionado por pasos importantes en la privatización de las pensiones, en recortes del salario mínimo y la precarización del trabajo que tocan en primera línea a la juventud.
Las “ofertas” de la Comisión no son ayudas, sino una trampa para naturalizar una deuda ilegítima e innecesaria. Las instituciones europeas pretenden controlar la soberanía de los parlamentos estatales en la aprobación de presupuestos a cambio de un Plan de Recuperación que da dinero a las grandes empresas. Estas mismas instituciones apoyan los intentos de Macron en Francia de limitar la libertad de expresión, de manifestación y de actividad sindical y recomiendan en nuestro país no subir el salario mínimo, no revertir las reformas laborales, no recuperar las cotizaciones sociales y condiciones anteriores a las reformas de las pensiones de 2011 y 2013.
La caja única del sistema no debe romperse, es un mecanismo de solidaridad entre sectores productivos, territorios y género, un sistema de reparto. Las instituciones europeas con los PPEP, las presiones del
Eurogrupo y del Banco Central Europeo tratan de laminarlas. Nuestra campaña para una auditoría independiente de las cuentas de la Seguridad Social ya tiene un éxito importante, nadie podrá negar que había saqueo de por lo menos 500.000 millones de euros que han ido a gastos impropios (23.000 anuales reconoce Escrivá). Tienen que devolver el dinero saqueado a la caja única de la Seguridad Social.
Los recursos de la seguridad social, nuestras cotizaciones, no pueden ser privatizables, no pueden controvertirse en garantía de ninguna deuda futura, no pueden fracturarse ni por territorios, ni por convenios de empresa, ni por sectores económicos.
Esta no es la Europa que queremos, la de la de las grandes empresas y del capital financiero donde la Comisión Europea es el instrumento de estos poderes económicos. La nuestra es la Europa de los pueblos, la de los trabajadores jubilados y las que siguen en activo, la de la juventud, la de que resisten y defienden:
las pensiones públicas, las libertades, los derechos sindicales, un salario mínimo digno y una sanidad pública que garantice la salud de la ciudadanía y no los negocios de las farmacéuticas, que asegure una vejez digna en residencias públicas diseñadas para atender necesidades y no para dar beneficios a los fondos privados.
Frente a la Europa de las élites y de la bolsa, es necesaria la coordinación a escala continental de las resistencias, movimientos y organizaciones sociales. Hubo y hay luchas de resistencia en Europa frente a los planes austeritarios de la Comisión Europea, como fue la lucha del pueblo griego negándose por referéndum y en las calles a pagar una deuda ilegitima, las movilizaciones recientes del pueblo trabajador en las calles y en centros de trabajo de Francia que no acepta los dictados de la Comisión ni la privatización de pensiones de Macron. Todos ellos resisten los planes de la Comisión Europea, son nuestros aliados, están en resistencia como nosotros en las calles de España defendiendo el sistema público de pensiones y los derechos sociales.
La Unión Europea no es la Europa social que nos quisieron vender hace mucho tiempo. Sabemos se dan en toda Europa políticas restrictivas y destructivas de derechos. Dejan millones jóvenes sin ningún futuro. Las oligarquías europeas están desarrollando un plan de privatización y recortes asimétrico, para evitar una respuesta social conjunta y siempre van en la misma dirección. En Grecia les han recortado las pensiones directamente con la brutal intervención de los “hombres de negro”. En Suecia han perdido un 16% del valor de sus pensiones con un sistema de puntos. En Dinamarca la edad de la jubilación pasa de 65 años en 2018 a 66 en 2020, 68 en 2030, 69 en 2035, 70 en 2040, 72 en 2050, 74 en 2070... En Alemania y en Suiza han impuesto la transferencia de una parte de las cotizaciones en planes de pensiones privados (como la recomendación 16 del Pacto de Toledo), pensiones privadas que hoy han fracasado y han creado millones de pensionistas pobres en los países mas ricos de Europa.
Las pensiones son salarios diferidos, son parte de nuestro salario. Los pensionistas somos trabajadores jubilados y los trabajadores en activo son nuestros mejores aliados. Frente a los intentos de los “hombres de negro” de la Comisión Europea en el gobierno español que ponen en peligro el futuro de las pensiones para la clase trabajadora y la juventud, llamamos a las plataformas de pensionistas a buscar el apoyo de la clase obrera, en los barrios, en los pueblos, en las empresas y administraciones, entre sindicalistas y jóvenes y en los movimientos sociales en general, para intensificar la resistencia por la defensa de nuestro sistema público de pensiones, conquista fundamental de la clase trabajadora en el Estado español
Defendemos que ninguna pensión esté por debajo de lo que marca la Carta Social Europea, 60 % del salario medio. Luchamos contra todo empeoramiento de las pensiones como la reducción de retribuciones, aumento de la edad de jubilación conquistada en cada país, contra la brecha de género, contra la precarización del trabajo que debilita también las pensiones. Por la defensa de los sistemas públicos de pensiones en cada país, sin intromisiones de las grandes empresas y la banca.
A pesar de que por la historia existen diversas situaciones en cada país en lo que se refiere a las pensiones, edad de jubilación, residencias de mayores, en Europa hay abierta una guerra asimétrica contra los pensionistas, contra la clase trabajadora, la juventud, contra los pueblos, con la misma intención de fondo.
Está trabajando y vamos a trabajar
para articular en el Estado español y en toda Europa
la defensa de los sistemas públicos de pensiones.
¡Pensiones justas y suficientes
que permitan vivir dignamente a los pensionistas
de hoy y de mañana!
¡Por los derechos sociales laborales
y por las libertades!
¡Gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden!
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